Entre los innumerables beneficios de una exposición gradual al frío, en el post de hoy voy a destacar 7:
1. Mejora el sistema inmune, diversos estudios científicos destacan una mayor concentración de diversos estirpes de linfocitos encargados de protegernos contra microorganismos patógenos en personas con una exposición al frío habitual en comparación con grupos de personas que no se exponen al frío.
2. La serotonina, una sustancia implicada en el estado de ánimo, que está muy baja en estados depresivos, se ha comprobado en varios estudios científicos que aumenta su producción al exponerse al frío.
3. Aumenta el tono y la flexibilidad de las arterias, haciéndolas más eficientes en el control de la tensión arterial y redistribución sanguínea.
4. Al exponernos al frío, entrenamos a diario la capacidad de adaptación a lo hostil, pudiéndose extrapolar esta capacidad a cualquier evento de la vida, para resolverlo de forma más eficiente.
5. Aumenta la capacidad de termogénesis del organismo, por la generación de grasa parda y la buena redistribución sanguínea.
6.En esta misma grasa parada se genera adiponectina, cuyos niveles bajos se asocian con mayor riesgo de desarrollar alzheimer.
7.Numerosos estudios demuestran la bajada drástica de citoquinas inflamatorias implicadas en numerosas enfermedades inflamatorias autoinmunes como la artritis reumatoide.
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